¿Por qué vivir solo una vida… cuando puedes vivir tres?

Toda mi vida ha sido un viaje de aprendizajes. De niño me fascinaba construir, pintar y escribir; más tarde descubrí la magia de la química y la ingeniería. Estudié, trabajé y emprendí, siempre con la sensación de que vivía varias vidas a la vez.

Durante mucho tiempo pensé que debía escoger: ¿ser empresario o artista?, ¿científico o poeta? Cada camino parecía exigir renunciar al otro. Hasta que un día entendí que mi riqueza estaba precisamente en no elegir. Ese fue mi punto de inflexión: descubrir que la ciencia, el arte y la empresa no eran caminos opuestos, sino fuerzas que podían unirse en un mismo propósito.

En la «Noche de Muertos» (Halloween) del año 2019, no sé si fue una coincidencia o alguna señal del más allá, tuve una pesadilla. En ese mal sueño corría el año 2052 y vi las tumbas de mis hijos, y peor aún, la de mis nietos que aún no habían nacido. Ese sueño me sacudió.

Para evitar esas muertes prematuras tenía que potenciar la evolución sostenible. ¿Por qué?, porque si todos adoptamos esa filosofía de vida, tendremos un futuro más humano y esperanzador. Como en la obra de Tolkien, donde el Anillo Único tenía el poder de gobernar a los demás, la evolución sostenible es para mí ese elemento que gobierna y da sentido a todas mis disciplinas: la ciencia que busca bienestar, el arte que inspira belleza, las humanidades que nos ayudan a comprendernos y la empresa que convierte las ideas en acción.